Amigos/as:
Lo que acabo de leer y ver es sencillamente espeluznante. Muestra en toda su magnitud la impunidad con la que actúan políticos de toda laya. La destrucción de documentos debe ser calificada como un crimen de lesa cultura o lesa memoria, y por cierto debe merecer la condena generalizada y la sanción penal correspondiente.
El fácil argumento de quemar documentos oficiales en cada asonada o golpe de mano que se infiere contra la institucionalidad, se ha hecho corriente y cotidiano.
El papel de los/as archiveros/as que --como en el caso presente—se constituyen en la avanzada de un observatorio mundial contra la destrucción documental, no debe cesar.
Reciban un cordial saludo,
LuisEl fácil argumento de quemar documentos oficiales en cada asonada o golpe de mano que se infiere contra la institucionalidad, se ha hecho corriente y cotidiano.
El papel de los/as archiveros/as que --como en el caso presente—se constituyen en la avanzada de un observatorio mundial contra la destrucción documental, no debe cesar.
Reciban un cordial saludo,
Director General Biblioteca y Archivo Histórico
Honorable Congreso Nacional
Vicepresidencia de la República de Bolivia
Presidencia del Honorable Congreso Nacional
Imagen: Documentos quemados durante la noche-madrugada, que arrojarían resultados de la jornada electoral del pasado 15 de marzo en la delegación política de Coyoacán para la elección de candidato a diputado local de mayoría relativa por el Distrito XXXI y elección de candidato a Jefe Delegacional, por el Partido de la Revolución Democrática (PRD). Tomadas de teléfono móvil (celular). Fotografía: ZeetobÁ
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